Desde hace más de 20 años la Universidad de Murcia (UMU) ha investigado e iniciado diferentes estudios que permitan la reproducción de las trufas del desierto, consiguiendo así un cultivo completamente orgánico y sostenible, que podría suponer un cambio importante en territorios semiáridos de la Península, como la región de Murcia. Este proceso de cultivo de las turmas o trufas del desierto es conocido como turmicultura.
¿Qué es la turmicultura?
La turmicultura es el cultivo de turmas o trufas del desierto, en la mayoría de los casos surge tras la micorrización de plantas como la jarilla o Helianthemum almeriense. Este proceso destaca por su complejidad, por ello apenas se han conseguido 10 cultivos de hongos micorrícicos distintos en todo el mundo, como afirma la catedrática en botánica de la Universidad de Murcia, Asún Morte.
Las turmas también conocidas como trufas del desierto, son unos hongos silvestres, carnosos y nutritivos que se consumen desde tiempos inmemorables en las riberas situadas cerca del Mediterráneo. Se cría bajo tierra, regalando un buen olor y una forma redondeada de entre 3-4 centímetros de diámetro. Ofrece un color negruzco por fuera y blanquecino o rojizo por dentro.
Diferencias con las criadillas de tierra
Estas suelen surgir de manera espontánea por simbiosis con diferentes plantas herbáceas. Es importante diferenciarlas de las criadillas de tierra con las que suele confundirse. Las criadillas de tierra o Terfecia arenaria, se dan en los pastizales de Extremadura y surge en suelos áridos con un pH de entre 5,5 y 6,5. Estas se asocian a plantas herbáceas anuales, como la Tuberaria guttata.
En el caso de las trufas del desierto, estas se desarrollan en suelos alcalinos con un 8 de pH. Por otro lado, aparecen en jarillas las cuales poseen un carácter perenne y son más sabrosas, junto con una mayor proporción de ácidos grasos.
¿Cómo buscar las trufas del desierto?
Por lo general estas trufas se buscan tras los días de lluvia, cuando se sale al campo a buscar alguna zona donde haya jarillas con flores blancas. Es una tarea que requiere paciencia, ya que se deben buscar montículos de tierra del suelo que se hayan agrietado. Esto se produce cuando la turma presiona hacia arriba. Simplemente hay que excavar por los lados con cuidado.
El proyecto Trufas del Desierto
En los últimos años se han reducido las lluvias, así como unos inviernos casi inexistentes y veranos muy largos. Estas modificaciones climáticas han llevado a los cultivos de secano a buscar nuevas fórmulas, ya que mantenerlos está generando pérdidas. Para ello se crea la Asociación Española de Turmicultura en 2018 con dos objetivos, promoviendo la producción de estas trufas y que se conozca entre los cocineros.Esta delicia puede llegar a costar en ciertos lugares del mundo, como el golfo Pérsico más de 200 euros el kilo.
El Proyecto Trufa del Desierto nace de la Asociación Española de Turmicultura, con la idea es conseguir producciones agrarias con un alto valor añadido, que sean respetuosas con el medio ambiente y se adapten a un régimen de lluvias escaso. Este se está desarrollando en la Región de Murcia, en colaboración con la Universidad de Murcia.
Beneficios del cultivo de las turmas
Las razones que hacen que su cultivo la alternativa perfecta para cultivos de secano y regadío son:
- Se adapta a las condiciones climáticas extremas y con falta de lluvia, siendo perfecto para los periodos estivales forman parte de su ciclo vital.
- Tiene propiedades autoregenerantes. Esto es debido a que la planta produce semillas todos los años, las cuales caen al suelo y germinan. De esta forma se pueden seleccionar aquellas para que aumente la población de plantas en el cultivo.
- Permite el cultivo en tierras de secano. Las turmas necesitan tan solo 200 litros por metro cuadrado al año, que es menos de lo que suele llover en la región de Murcia. Lo único que habrá que controlar es el aporte puntual de agua que necesita, por lo que si no llueve en determinados momentos habrá que proporcionarle el agua necesaria.
- Cultivo sencillo y de bajo rendimiento. El manejo del cultivo es sencillo y está al alcance de cualquiera, ya que no requiere de conocimientos técnicos especiales. Así en un par de campañas se puede aprender a detectar las turmas. Además, el cultivo no requiere casi de mantenimiento.
- Grandes beneficios para la salud. Ofrecen un sabor gastronómico único y sabroso, con propiedades similares a la trufa negra, pero que se diferencia de estas que se suelen utilizar como complemento porque se pueden cocinar.
- Cultivo 100% ecológico. No necesita fertilizantes o fitosanitarios. Si por algo destaca este hongo es que requiere de suelos pobres. Cuanto más pobres sea el suelo, más calidad tendrán las turmas. Por otro lado, evita la desertificación de la zona al trabajar suelos más pobres.
- Buena conservación post-cosecha. Estas aguantan en perfectas condiciones hasta 4 semanas con una refrigeración de 4 grados o congeladas hasta 6 meses.
A pesar de todos estos beneficios, las turmas solo ofrecen una estación de fructificación, que se da en primavera. De esta forma, se debe conocer cuál es el punto óptimo de maduración para aguantarlas y que ganen peso sin perder calidad.
La turmicultura y el proyecto Trufas del Desierto buscan rentabilizar los suelos de secano de zonas semidesérticas del país, siendo pionera la región de Murcia. Sin embargo, todavía se necesitan más investigaciones para conocer bien cómo cultivarlos.
