La depresión es una enfermedad mental que se caracteriza por un sentimiento constante de tristeza y una visión negativa de uno mismo, el entorno y el futuro. Es el principal trastorno del estado de ánimo y afecta a unas 300 millones de personas en el mundo (un 3.8% de la población mundial). A pesar de que hay dos tipos de tratamiento (farmacológico y psicoterapia), existen pacientes resistentes que no mejoran con antidepresivos, por lo que se están investigando otro tipo de tratamientos como el uso de psilocibina.
La psilocibina es un alcaloide que, una vez introducido en el cuerpo humano, se metaboliza en psilocina, un compuesto alucinógeno que se encuentra en algunas setas. Esta sustancia provoca conexiones cerebrales que no se darían jamás durante la vida normal de una persona, lo que genera pensamientos y reflexiones introspectivas que pueden suponer un antes y un después para el consumidor.
Cuando una persona consume psilocibina, las ramas celulares del cerebro (conocidas como espinas dendríticas) se multiplican, lo que provoca que las neuronas se comuniquen entre sí de una forma intensa y abrumadora. Los hongos provocan, entre otras muchas cosas, que ciertos traumas, pensamientos o sentimientos reprimidos sean imposibles de evitar, lo que obliga, de una forma u otra, a enfrentarlos.
Un tratamiento muy prometedor
Es por esto que, en los últimos años, se han realizado diversos estudios para comprobar si la psilocibina puede ayudar a pacientes con depresión resistentes al tratamiento convencional. Uno de los pioneros fue el Imperial College of London que, en 2018, suministró altas dosis de psilocibina a 20 pacientes. Los resultados fueron inmediatos, reduciendo en pocos días las puntuaciones de depresión y manteniendo estos valores bajos durante varias semanas.
Rosalinda Watts, psicóloga especialista en psilocibina y una de las encargadas de este estudio, explicó que “tras seis meses, 6 de ellos ya no tenían síntomas de depresión, otros tres no respondieron bien y los efectos solo duraron 1 semana, mientras que 11 de ellos redujeron su depresión durante 2 meses y volvieron a recaer”.
Sin embargo, y aunque parece que el porcentaje de acierto no fue muy alto, hay que tener en cuenta que “otros tratamientos, como los antidepresivos convencionales, se deben tomar todos los días, tienen efectos secundarios, tardan semanas en actuar y son paliativos, no curativos”, asegura Watts en la charla TEDxOxford.
“Vimos en horas los resultados de 6 años de terapia”
Una de las principales diferencias entre los medicamentos antidepresivos y el tratamiento con psilocibina es que los primeros actúan eliminando los síntomas, mientras que los segundos atacan la raíz del problema. De hecho, los resultados son inmediatos, alargándose en el tiempo con una sola dosis: “Vimos en seis horas lo que usualmente se ve en seis años de terapia”, aseguró la psicóloga.
Tras seis meses, la universidad volvió a entrevistar a los pacientes para saber qué habían sentido durante el tratamiento con psilocibina y así entender mejor cómo actúa esta sustancia en un cerebro humano depresivo. En resumen, se observó que los pacientes experimentaron, sobre todo, visitas de traumas pasados y reflexiones sobre los patrones negativos de sus vidas: “No es el hongo el que desbloquea la depresión, es el paciente. El hongo solo le muestra la llave para hacerlo”, concluye Watts.
Es precisamente eso lo que genera tanto interés en los investigadores. La psilocibina obliga al paciente a enfrentar los problemas que generan el trauma o la depresión, situándose cara a cara con su dolor. Esta situación no es agradable y no todo el mundo está preparado para ella, por lo que las investigaciones deben seguir su curso para concretar de qué forma se utilizará la psilocibina como fármaco, en qué dosis y a qué tipo de pacientes.
El potencial medicinal de las setas alucinógenas
La psilocibina tiene un potencial médico muy alto debido a que no hay casos de muerte por sobredosis y no es un constituyente que genere dependencia. El primer paso para pasar el filtro y poder realizar un estudio clínico es que la sustancia sea segura para la salud humana, y se ha demostrado que la psilocibina no produce alteraciones fisiológicas, cambios en la presión arterial ni perturbaciones en las analíticas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que puede afectar gravemente a ciertas personas con problemas mentales como la esquizofrenia, por lo que hay filtros muy fuertes antes de realizar cualquier tipo de estudio. Sin embargo, debido a que es una sustancia muy poderosa a nivel psicológico y que nos obliga a enfrentar los problemas internos, se ha investigado cómo puede ayudar a diferentes tipos de enfermedades.
Migrañas:
La psilocibina ha dado muy buen resultado en los estudios realizados en personas con migrañas, sobre todo las de racimo. Este tipo de migrañas es tan intenso que los afectados pueden incluso desmayarse del dolor.
Por ello, en la Universidad de Belmont realizaron un estudio suministrando psilocibina a 53 personas. Las conclusiones fueron muy positivas, ya que 26 de ellas cortaron completamente el dolor, mientras que 22 no se desprendieron totalmente de los episodios, pero el sufrimiento de cada uno se redujo enormemente.
Cáncer:
Cuando le comunican a una persona que tiene un cáncer terminal, sus últimos días, meses o años de vida son muy angustiosos. En la mayoría de los casos, los pacientes no aceptan su destino o esperan su final sumidos en estados depresivos muy graves.
Con el objetivo de reducir esta angustia, la universidad de Los Ángeles realizó un estudio en pacientes de cáncer terminal de 17 y 18 años. Los resultados fueron esperanzadores, ya que, tras el viaje provocado por la psilocibina, los enfermos aceptaron su sino, reduciendo de manera significativa su agonía, estrés y depresión.
Otros estudios:
A lo largo de los últimos años se ha probado la psilocibina para otras enfermedades como el desorden obsesivo compulsivo, reduciéndose enormemente los síntomas de la enfermedad tras el consumo de esta sustancia. Además, también se está probando si la psilocibina ayuda en la reducción del dolor físico, con resultados positivos. En varios estudios, los consumidores sintieron menos dolor durante las siguientes 48 horas.
Finalmente, se realizó un estudio para comprobar cómo afectaba la psilocibina en personas sanas. El 79% afirmó que su forma de entender la vida había cambiado y sus problemas se habían relativizado. De hecho, casi la totalidad de personas aseguraron que esta experiencia se encontraba entre las cinco más satisfactorias de sus vidas.