Existen numerosos tipos de alimentos y sustancias naturales que son afrodisíacos, es decir, que debido a su composición, favorecen a mantener relaciones sexuales satisfactorias, tanto por parte de hombres como de mujeres. En este sentido, Pan de Setas pretende ahondar e investigar sobre si existen setas afrodisíacas que también sean alucinógenas, cuestión que siempre ha sido motivo de debate dentro de la comunidad científica.
Por otro lado, realizando una labor retrospectiva en el tiempo, el empleo de hongos alucinógenos, también conocidos como setas mágicas, se remontan a civilizaciones y culturas ancestrales a lo largo y ancho de todo el planeta. Consideradas como “el alimento de los dioses”, se han utilizado para fines medicinales, terapéuticos, espirituales y religiosos durante miles y miles de años, creyendo que podrían aportar fuerza sobrenatural e incluso la inmortalidad.
Respecto al carácter afrodisíaco de las setas alucinógenas, incluso el emperador romano Julio César prohibió su consumo entre sus incontables huestes, con el objetivo de garantizar el máximo rendimiento de los soldados en la batalla y no durante las noches previas a la contienda. De la misma manera, también fueron consideradas como un alimento totalmente exclusivo para la élite de la civilización romana, regulando su consumo y venta a estos únicos grupos. También en otras culturas como las Maya o Inca se han empleado para solucionar problemas sexuales, por lo que ganaron una notable popularidad entre hombres y mujeres.
¿Qué es una sustancia afrodisíaca?
Se considera que una sustancia es afrodisíaca si es capaz de aumentar el deseo sexual de las personas, cuya clasificación se puede realizar en afrodisíacos de asociación sensual, excitación, tradición cultural y acción central. Que se le acuñe de esta forma es debido a Afrodita -o Venus para la mitología romana-, diosa griega del amor y la fertilidad. Pese a ello, una parte de la comunidad científica no ha obtenido resultados concluyentes sobre su posible acción en cuanto al incremento del rendimiento sexual, lo que les ha llevado a exponer que realmente supone un efecto placebo.
No obstante, aumentar la libido depende de cada persona, así como de su alimentación y ritmo de vida saludable, además de realizar ejercicios de manera regular, dormir adecuadamente y no sufrir estrés. Tanto naturales como químicos, como por ejemplo el ginseng o la viagra entre otros, los afrodisíacos permiten experimentar un mayor deseo y excitación sexual tanto en mujeres como en hombres, así como solucionar problemas como la disfunción eréctil.
Ophiocordyceps sinensis, medicina tradicional del Tíbet
Conocido popularmente como «insecto de invierno y hierba de verano», está considerado como una de las sustancias naturales más populares dentro de la medicina tradicional asiática, concretamente de la región del Tíbet. Ideal para solucionar problemas sexuales y propiciar un mayor apetito y excitación, también es un potente regulador hormonal que puede incrementar el rendimiento deportivo y la potencia física.
Compuesto de diferentes polisacáridos, vitaminas, esteroles, ácido cordiéptico, adenosina y aminoácidos, también recibe el nombre japonés Tochukaso y el chino Dong Chong Xia Cao. Las esporas de este hongo parasitario se depositan durante el verano en orugas de polillas en la cordillera del Himalaya, hasta que llega el invierno, cuando sus larvas se entierran para hibernar al mismo tiempo que el micelio de Cordyceps se expande por el cuerpo de las mismas. Una vez llega la primavera, fructifica en formas cilíndricas y esbeltas. Valorados por numerosos expertos al nivel del oro, cada ejemplar puede medir 4 centímetros y pesar entre 300 y 500 gramos.
Phallus indusiatus, el velo de novia
Fructifica en jardines y bosques, así como en suelos leñosos, situados en regiones tropicales del sur asiático, además de África, América y Oceanía. Respecto a su morfología, llama poderosamente su apariencia, pues su estípite de hasta 25 cm está cubierto por una gleba viscosa y fétida, que suele presentar colores verdes y blanquecinos. Asimismo, el sombrero tiene forma acampanada y cónica, siendo fácilmente distinguible con otras especies de setas.
Desde hace miles de años se ha utilizado en la medicina tradicional china por sus cualidades medicinales, aunque también goza de un reconocible prestigio como afrodisíaco natural, actuando como vasodilatador y emulando los efectos de la viagra. También se le conoce en japonés como Kinugasatake o en china como hongo de bambú.
Según algunos estudios científicos, como el del micólogo John C. Holliday, este hongo es capaz de ofrecer a las mujeres sensaciones similares a las de un orgasmo en algunos casos tan sólo con olerlos, aunque estos efectos todavía no están sostenidos por más investigaciones.
¿Existen más setas afrodisíacas?
Más allá de estos llamativos ejemplos de setas afrodisíacas, también se han notificado a lo largo de la historia otros hongos comestibles que comparten esta peculiar propiedad, como por ejemplo las setas Shiitake. Utilizada en la gastronomía asiática tanto en sopas como woks, actualmente se le considera como la seta más consumida en todo el mundo, que destaca por sus cualidades antitumorales, así como para mejorar la circulación, disminuir el colesterol y mitigar resfriados.
Puesto que también se le asocia una función vasodilatadora, puede llegar aumentar el flujo sanguíneo del aparato reproductor masculino; además contiene zinc, mineral que puede favorecer una mayor concentración de espermatozoides y una mejoría de la fertilidad en los hombres.
Por otro lado, también se puede destacar el hongo basidiomiceto llamado Ganoderma lucidum, también conocido como pipa, que se distribuye como reishi para diferentes recetas culinarias, en las que sirve como complemento alimenticio. Sus propiedades medicinales le catalogan como un hongo de carácter revitalizante, ideal como complemento en el tratamiento de algunos cánceres, así como para combatir la trombosis cerebral, artritis o hepatitis. Asimismo, también se ha utilizado como remedio natural afrodisiaco.
En definitiva, se puede asociar numerosos tipos de setas, tanto alucinógenas como otras comestibles, con diferentes propiedades afrodisíacas, aunque todavía no se ha documentado la necesaria base científica para acreditar tales cualidades. Aún así, su empleo durante miles de años por diferentes culturas y civilizaciones avalan su fama como estimulantes del apetito y deseo sexual.