Una de las setas más populares entre los recolectores son los robellones. Se trata de una de las especies más abundantes en nuestro país, más fáciles de encontrar y se pueden integrar en múltiples recetas de forma sencilla.
¿Qué son los robellones?
Los robellones, también conocidos como níscalos, son un hongo comestible perteneciente a la familia de las Russulaceae, y su nombre científico es Lactarius deliciosus. Su característico color anaranjado y su sabor intenso y agradable hacen que sea una de las setas más apreciadas por los amantes de la cocina.
Además de su delicioso sabor, los robellones son también una buena fuente de nutrientes, con un contenido bajo en calorías y una gran cantidad de proteínas y minerales. Es por eso que se utilizan en muchas dietas.
La temporada propicia para su aparición, como para la mayoría de las setas, es durante el otoño y la entrada del invierno, tras las primeras lluvias después del verano. De hecho, su crecimiento depende de las precipitaciones y la temperatura del suelo, pues necesitan tierra húmeda y cálida para crecer. Suelen aparecer en bosques de pino y bosques mixtos.
En el resto del mundo son habituales en algunos territorios de América del Norte o Nueva Zelanda, en bosques de coníferas y enebros ubicados a una altitud entre 500 y 800 metros. En general, son zonas muy húmedas durante los últimos meses del año.
Historia de los robellones
Los níscalos o robellones están altamente unidos a la gastronomía. Su historia se remonta a la época de los romanos, quienes ya los consumían y los consideraban un manjar. Incluso se han encontrado representaciones de la seta en frescos romanos de Pompeya y Herculano.
A lo largo de la historia, también han sido utilizados con fines medicinales. En la antigua Grecia, se creía que esta seta tenía propiedades curativas y se utilizaba para tratar diversas dolencias. Y así era, pues se ha demostrado que los robellones tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que los convierte en un alimento muy saludable.
Níscalos y la monarquía española
Los robellones han sido valorados por la realeza española durante siglos. En la Edad Media, los monarcas españoles los consideraban un manjar, por lo que los incluían en sus banquetes. En la actualidad, siguen siendo un hongo muy apreciada y se pueden encontrar en muchos restaurantes de alta cocina.
Robellones en España
En España, son muy populares en el norte del país, especialmente en la región de Navarra, donde se celebra cada año una feria dedicada a esta seta. También son muy apreciados en Cataluña, donde se utilizan en platos como la escalivada o la fideuá.
Los robellones son una de las setas más conocidas en el país, y se pueden encontrar en todo el territorio durante la temporada de otoño. Son muy valorados por su sabor y textura, y se utilizan en una gran variedad de platos de la cocina española.
¿Dónde encontrar robellones en España?
Los robellones crecen en los bosques de España, principalmente en las zonas montañosas del norte del país. Algunas de las regiones más conocidas por la abundancia del hongo son Cataluña, Aragón y Navarra. En estas áreas, los bosques de pinos y robles son el hogar ideal para esta seta. Sin embargo, también se desarrollan con facilidad en la cuenca del Mediterráneo y en lugares específicos de Jaén, Murcia y Valencia, donde se los conoce como pinatell.
Morfología de los robellones, ¿cómo identificar esta seta?
Existe una variedad muy similar a los robellones, conocida como falso níscalo o Lactarius, muy tóxica y la cual es necesaria diferenciar de la seta comestible. La diferencia principal es el color del látex, en el caso del Lactarius es más blanquecina. Por el resto de sus características morfológicas son más fáciles de confundir.
PARTES DE LA SETA | CARACTERÍSTICAS |
Sombrero | – Color: varía entre naranja y rojo anaranjado – Convexo en su juventud, forma de embudo en su madurez – Puede estar moteado o escamoso – Círculos convexos concéntricos rojos – 5-10 cm de diámetros |
Láminas o hímenio | – Color: similar al del sombrero, puede mancharse de verde por las esporas – Láminas decurrentes – Delgadas – Apretadas |
Pie | – Color: similar al sombrero, cambia a verde en contacto con el aire tras cortarlo. – Con el corte brota una sustancia naranja lactosa: el látex – Corto, cilíndrico y con una parte hueca en el centro. |
Carne | – Color: entre blanco y amarillo pálido en el centro del sombrero y anaranjado en la periferia – Densa y compacta – Sabor suave |
Anillo | – Color: similar al sombrero o más claro – Rodea el pie – Efímero, se desgarra con la madurez |
Esporocarpo | Al envejecer, las esporan de color verde oliva puede manchar las láminas. |
Esporada | Forman agrupaciones de esporocarpos (cuerpos fructíferos) en el suelo. |
Robellones en la cocina
Este hongo comestible pueden ser protagonistas o acompañantes de platos deliciosos.
Robellones y ajo
Una forma sencilla de preparar robellones es saltearlos con ajo de la siguiente forma:
- Limpiar cuidadosamente los robellones con un trapo.
- Cortar la seta en trozos.
- Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén.
- Agregar ajo picado.
- Cuando el ajo esté dorado, añadir los hongos y saltearlos hasta que estén tiernos.
- Agregar sal y pimienta al gusto.
Revuelto de níscalo
Otra forma popular de preparar esta seta es en revuelto con huevo.
- Limpiar las setas.
- Cortarlas en trozos.
- Calentar aceite en una sartén.
- Agregar ajo picado.
- Añadir los robellones y sofreír hasta que les falte un par de minutos para estar tiernos.
- Incorporar huevos batidos.
- Revolver hasta que los huevos estén cocidos.
- Servir caliente.
Cuando la cantidad de robellones frescos supera a la cantidad que se puede consumirse en los próximos días es posible congelarlos tras limpiarlos bien y trocearlos, deshidratarlos o cocinarlos al baño maría con sal y laurel un minuto, secarlos y hervirlos 40 minutos para poder guardarlos durante más tiempo en la nevera.