El cactus peyote, también denominado científicamente como Lophophora Williamsii -y jicuri en la lengua azteca wixárika- pertenece al género de cactáceas norteamericano conocido como lofóforas, el cual es endémico de diferentes regiones de México. Se caracteriza por un alto contenido de alcaloides feniletilamínicos (mescalina), así como por diferentes propiedades alucinógenas y psicotrópicas cuando se ingiere, causando la alteración de la conciencia y la realidad.
Presenta un porte bajo, así como unos colores verdes, azulados y grisáceos, además de contener más de 50 tipos de alcaloides y otras sustancias psicoactivas en su composición. Igualmente, no genera espinas, sino un pelaje blanco donde crecen las semillas. La forma esférica que presenta se asemeja a la de un cactus de menor estatura, cuyo cuerpo se divide en gajos. Las flores son de color rosa, las cuales son díficiles de contemplar, puesto que se trata de una planta que puede tardar más de 10 años en madurar adecuadamente y de la que incluso se conocen ejemplares que tardan más de tres décadas en cumplir con sus diferentes ciclos vitales.
La historia del cactus peyote
Originaria del desierto de México y del sur de Estados Unidos, esta planta se ha utilizado durante tiempos inmemoriales por colonias y tribus indígenas. La primera evidencia que ha encontrado la comunidad antropológica en referencia al empleo de peyote data de más de 5000 años atrás, sirviendo como sacramento para rituales religiosos para más de 40 tribus indígenas, como los huicholes mexicanos y los navajos estadounidenses.
Igualmente, existen diferentes imágenes y representaciones de más de 3000 años de antigüedad en las que se escenifican ceremonias donde se presupone que se consumía peyote. Además, durante la extensión del Imperio Español por el territorio americano, se redactaron los primeros textos en los que se detallan los efectos alucinógenos que provocaba esta sustancia.
Esta referencia, perteneciente a la firma del monje franciscano Bernardino de Sahagún, es la primera información europea sobre este tipo de cactus, hasta que a finales del siglo XIX se volvió a profundizar en Norteamérica sobre sus usos y efectos. En este sentido, se creó la Iglesia Nativa Estadounidense, en la que se empleaba el peyote para tratar diferentes afecciones o enfermedades mentales. La NAC (por sus siglas en inglés) cuenta actualmente con más de 250.000 adeptos, siendo legal que consuman esta sustancia gracias a la ley de libertad religiosa indígena de EEUU.
El peyote se puede encontrar de manera natural en regiones desérticas de México, desde el estado de Querétaro hasta las diferentes localidades de Chihuahua y Coahuila. Asimismo, también está presente en otras ciudades mexicanas como Nayarit, Durango, Nuevo León o Zacatecas.
Principales efectos
A modo informativo, nunca como incitación o promoción del consumo de peyote, se detalla a continuación los diferentes efectos asociados a esta sustancia psicotrópica. En primer lugar, es conveniente aclarar que estas sensaciones se comienzan a apreciar tras unos 45 minutos desde la ingesta, pudiendo durar hasta 10 horas.
Es posible experimentar un aumento de la temperatura corporal, así como una motivación física realmente potente, que puede terminar en náuseas y vómitos después de varias horas. Además, las pupilas se dilatan hasta el punto de alterar los colores y creando sensaciones psicodélicas.
¿Qué tipos de peyote existen?
Dentro del género Lophophora, se han clasificado diversos tipos de cactus, que comparten similitudes y diferencias respecto a su morfología, composición y posibles efectos. En primer lugar, se debe distinguir entre lophophora williamsii y lophophora diffusa, ambos denominados peyotes. La diferencia entre ellas se basa principalmente en el contenido de alcaloides, ya que en la primera prevalece la mescalina y en el segundo tipo, la pellotina.
Además, existen otras especies originarias del suroeste de Estados Unidos y norte de México como la Epithelantha micromeris, la cual contiene hasta 7 alcaloides y presenta una forma en espiral con tubérculos de pequeñas dimensiones. También, la biznaga -o peyotillo-, conocida científicamente Ariocarpus fissuratus, la cual se diferencia por una forma estrellada y convexa, así como por unos colores más grisáceos y verdosos.
¿Cómo cultivar cactus peyote?
En cuanto al cultivo de peyote, es conveniente resaltar en primer lugar que se trata de una planta que tarda varios años en desarrollarse, puesto que en condiciones naturales puede crecer en unos 12-15 años para alcanzar los 10 centímetros de diámetro. En cultivos domésticos, más precisos y rápidos, se pueden conseguir ejemplares de 6 centímetros en unos seis años de media.
Respecto al suelo, es aconsejable que sea calizo y que presente un buen drenaje, así como que no se aprecie demasiado compacto, con el objetivo de conseguir un mejor enraizamiento. Tampoco es conveniente utilizar un sustrato demasiado abonado, mientras que el pH debe oscilar entre 6.0 y 7.5. Es necesaria una considerable exposición lumínica, pero no necesariamente directa del sol, siendo recomendables unas 13-14 horas diarias para crecer correctamente. Soporta temperaturas extremas, que van de los 2 a los 40 ºC, así como abundantes precipitaciones de más de 500 mm. El riego se aconseja llevarlo a cabo con una frecuencia semanal durante la primavera, intensificándola durante el verano a 2 veces por semana.
Al igual que ocurre con el resto de vegetales, es conveniente atender a una serie de pautas básicas como no abonar a partir de otoño ni tampoco a ejemplares que se hayan trasplantado durante las semanas anteriores. Asimismo, los hongos también pueden asolar la cosecha, por lo que se recomienda utilizar productos fungicidas para eliminarlos de manera total y efectiva. Con todo ello, el peyote comenzará a florecer durante los primeros vestigios de la época estival.
Legislación vigente
El alcaloide de carácter psicoactivo que contiene el peyote, conocido como mescalina, se encuentra clasificado dentro de la Lista I del Convenio de 1971 de Viena, por lo que está considerado como una sustancia prohibida en cuanto a su cultivo y venta. No obstante, en algunos países como Canadá la mescalina se encuentra en la Lista III y en Estados Unidos está permitido su empleo siempre y cuando se encuadre en un contexto ceremonial correspondiente a la Iglesia Nativa Americana.
En cuanto a México, lugar autóctono de este tipo de cactus, cabe recordar que pese a la inclusión de este país norteamericano en dicho convenio internacional en 1975, diversos clanes indígenas pueden utilizar esta sustancia, debido al arraigo y tradición ella durante los siglos pretéritos. Además, es una planta en peligro de extinción, por lo que se ha prohibido su recolección en todo el territorio.
Gracias a la prolífica vinculación del peyote con las tribus indígenas de México y Estados Unidos, cabe poner en valor el carácter místico y la atmósfera espiritual que envuelve a este tipo de cactus. Sin lugar a duda, se puede considerar como una de las sustancias psicotrópicas más longevas de la humanidad, pues su existencia se encuentra documentada en una larga tradición religiosa, que hoy en día todavía se puede conocer de primera mano en diferentes lugares de estas regiones norteamericanas.