La ketamina es un fármaco que ha sido utilizado por la medicina desde los años 60 como anestésico general en humanos y animales. Aunque su uso es limitado en la medicina, la ketamina ha sido objeto de estudio en la última década debido a sus propiedades alucinógenas y su potencial efecto antidepresivo.
Historia de la ketamina
La ketamina fue sintetizada por primera vez en 1962 por Calvin Stevens, y su uso médico se remonta a 1965, cuando fue utilizada por Corsen y Domino. Desde entonces, ha sido utilizada tanto en humanos como en medicina veterinaria debido a sus propiedades anestésicas.
La historia de la ketamina se remonta a la Guerra de Vietnam, donde se utilizó como anestésico para los soldados heridos en combate. Desde entonces, ha sido empleada en todo el mundo como anestésico para procedimientos quirúrgicos y para el dolor crónico.
A pesar de su uso médico, la ketamina también es conocida por sus efectos recreativos y su potencial de abuso. En la década de 1990, la ketamina se convirtió en una droga popular en la escena rave y en los clubes nocturnos, debido a sus efectos alucinógenos y disociativos.
En la actualidad, la Ketamina sigue siendo un medicamento importante en la práctica médica, especialmente en la anestesiología y en el tratamiento del dolor crónico. Aunque su uso recreativo sigue siendo un problema de salud pública.
Usos médicos de la ketamina
La ketamina es un medicamento utilizado en la medicina humana y veterinaria. A continuación, se describen algunos de sus usos médicos más comunes.
Anestesia
La ketamina se utiliza como anestésico general para la inducción y mantenimiento de la anestesia en cirugía. La ketamina es especialmente útil en pacientes que tienen una baja presión arterial o un bajo volumen sanguíneo, ya que no afecta tanto a la función cardiovascular como a otros anestésicos. Además, la ketamina tiene un efecto analgésico, lo que significa que reduce el dolor durante y después de la cirugía.
Manejo del dolor
La ketamina se utiliza para tratar el dolor agudo y crónico. En dosis bajas, la ketamina puede ser administrada por vía intravenosa para tratar el dolor postoperatorio, el dolor neuropático y el dolor asociado con el cáncer. La ketamina también se ha utilizado en combinación con otros medicamentos para tratar el dolor crónico.
Tratamiento de la depresión
La ketamina se ha estudiado como un tratamiento para la depresión resistente a los fármacos. En dosis bajas, la ketamina puede aliviar los síntomas de la depresión en cuestión de horas o días. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar la seguridad y eficacia a largo plazo de la ketamina para el tratamiento de la depresión.
Usos veterinarios
La ketamina es un anestésico general que se utiliza comúnmente en la práctica veterinaria para la inducción y/o mantenimiento de la anestesia en perros, gatos y caballos. Es un agente anestésico de acción rápida y corta duración que proporciona una sedación profunda y analgesia.
La ketamina se puede usar sola o en combinación con otros anestésicos para lograr una anestesia equilibrada.
Usos recreativos de la ketamina
La ketamina es un fármaco que se utiliza principalmente como anestésico en la práctica. Sin embargo, en los últimos años, su uso recreativo se ha popularizado en ciertos círculos.
La ketamina recreativa se consume por vía intranasal o intravenosa y se conoce comúnmente como «Special K» o «Ket». Los efectos de la ketamina pueden variar según la dosis y la forma de administración.
Efectos secundarios de la ketamina
La ketamina es una droga anestésica que se utiliza para inducir un estado de sedación en los pacientes antes de una cirugía o procedimiento médico. No obstante, su uso recreativo, fuera del ámbito médico, ha aumentado en los últimos años, lo que ha llevado a una mayor preocupación por sus efectos secundarios.
Efectos a corto plazo
Los efectos a corto plazo de la ketamina pueden incluir:
- Alucinaciones
- Dificultad para hablar o moverse
- Sensación de flotar o salir del cuerpo
- Náuseas y vómitos
- Dificultad para respirar
- Aumento o disminución de la presión arterial
- Taquicardia
Estos efectos pueden durar desde unos pocos minutos hasta varias horas, dependiendo de la dosis y la forma de administración.
Efectos a largo plazo
El uso prolongado de la ketamina puede provocar efectos secundarios más graves, como:
- Problemas urinarios, como infecciones de vejiga
- Dolor abdominal y renal
- Daño hepático
- Problemas cognitivos, como dificultad para concentrarse y problemas de memoria
- Depresión y ansiedad
- Psicosis
Además, la ketamina puede ser adictiva, lo que puede llevar a problemas de abuso y dependencia.
Riesgos asociados con el uso de la ketamina
La ketamina, a pesar de ser un medicamento seguro y eficaz cuando se usa bajo supervisión médica, también puede ser peligrosa si se emplea de manera incorrecta o abusiva. A continuación, se describen algunos de los riesgos asociados con el uso de la ketamina:
- Alteraciones de la conciencia: puede provocar alucinaciones y experiencias disociativas.
- Riesgo de adicción: el uso repetido de la droga puede llevar a la tolerancia, lo que significa que se necesitan dosis cada vez mayores para lograr el mismo efecto.
- Efectos secundarios a largo plazo: pueden incluir problemas de memoria, trastornos del sueño, depresión y ansiedad.
- Sobredosis: puede ser peligrosa si se usa en dosis elevadas o si se mezcla con otras drogas o alcohol. La sobredosis de ketamina puede provocar problemas respiratorios, convulsiones, coma e incluso la muerte.
Es importante recordar que la ketamina sólo debe usarse bajo supervisión médica y siguiendo las instrucciones del médico. El uso recreativo de la ketamina puede ser peligroso y debe evitarse. Si alguien sospecha que ha sufrido una sobredosis de ketamina, debe buscar atención médica de inmediato.
Ley y regulaciones de la ketamina
La ketamina es una sustancia controlada en muchos países, incluyendo España. En España, la ketamina está regulada por el Real Decreto 2829/1977, que establece las normas para la fabricación, distribución, prescripción y dispensación de sustancias y preparados psicotrópicos. En ella se establece que la ketamina se considera una sustancia altamente controlada y solo se puede utilizar para fines médicos y veterinarios.
En resumen, la ketamina es una sustancia altamente controlada en España y solo se puede utilizar con fines médicos y veterinarios. La prescripción y dispensación de ketamina está limitada por la ley y sólo está permitida por médicos y veterinarios autorizados.