El gurumelo es una seta presente en la geografía española, cuyo nombre científico es amanita ponderosa. Es una especie comestible característica del suroeste de España. Se le considera como seta de primavera, al ser una de las primeras especies del año en aparecer. Su floración se produce al final del invierno o a principios de primavera, cuando el frío comienza a descender y las temperaturas se vuelven más cálidas.
Se dice que el nombre del gurumelo viene del gallego y el portugués, donde cogumelo significa seta. Aunque, también hay quien manifiesta que viene de grumuelo, que se refiere al montículo de tierra que producen las setas cuando salen a la superficie.
Es una especie endémica, que crece en una determinada zona geográfica. En concreto, el gurumelo se recolecta en el oeste y centro de Andalucía, en las provincias de Huelva, Córdoba, Sevilla y Jaén. También crece al sur de Extremadura y en Portugal.
Cómo reconocer al gurumelo en la naturaleza
Encontrar este tipo de seta comestible no es tarea fácil. De hecho, lo más aconsejable es acudir con un experto que conozca el terreno y sepa distinguir los lugares en los que crece el gurumelo.
Además, los aficionados al mundo micológico deben tener especial atención con la amanita ponderosa. Es fundamental saber distinguirla de especies altamente tóxicas, e incluso mortales, como la amanita verna. Deberá ser un experto quien facilite su identificación.
El gurumelo se puede distinguir por diversos factores:
- Su sombrero es plano y mide entre 5 y 20 cm de diámetro. Algunos ejemplares han llegado a pesar 1kg.
- Su cutícula es de color blanco, pero se puede modificar a un tono ocre o rosáceo según la luz del sol que reciba.
- La volva es grande, abolsada y de larga duración.
- El pie es denso, compacto y macizo. Ahuecado al alcanzar la madurez.
- La carne es blanca y densa. Al corte se vuelve ligeramente rosa.
- Una de sus características principales es el olor a tierra mojada.
- Sus láminas son blancas, y después se van oscureciendo con el tiempo.
Esta variedad crece en lugares con encinas y alcornoques, entre jaras y jaguarzos. Sin embargo, también se adaptan a lugares con pino y eucalipto. Las zonas con mayor producción son Huelva, Badajoz, Cáceres y Sevilla. Para encontrarlas hay que fijarse si hay pequeños montículos en la tierra. Suelen crecer en grupos o colonias, por lo que en un mismo lugar podemos encontrar muchos.
Su intenso olor a tierra mojada es una de sus diferencias principales con la venenosa amanita verna. Además, el color de esta última es un poco más blanco y, si se corta, permanece inalterable a la oxidación, mientras que el gurumelo se vuelve rosado. Para su recolección, no se utilizan navajas para setas sino punzones, ya que se encuentran bajo tierra. Estas herramientas se clavan suavemente en la tierra para hacer de palanca y poder extraer las setas.
El Gurumelo seta; un tesoro gastronómico
Al gurumelo se le llama la reina de las setas de Andalucía, y no es de extrañar puesto que es un alimento desconocido en el resto de España.
Esta seta está considerada como un producto gourmet muy valorado en la gastronomía por su potencial culinario. Su intenso sabor y aroma a tierra mojada, junto con su toque dulce y su textura compacta, densa y firme, hacen de esta seta un auténtico manjar.
Se puede preparar de multitud de maneras: a la plancha o a la brasa, simplemente con un chorro de aceite de oliva virgen extra y unos granos de sal. También casa en un revuelto, en un guiso, en arroz o como ingrediente principal para unas croquetas.
En temporada, es un plato típico de la comarca del Andévalo de Huelva. Tanto es así, que en la localidad onubense de Paymogo se celebra de manera anual la Feria Gastronómica del Gurumelo. En dicha celebración, se preparan diferentes elaboraciones con esta seta como protagonista.
Consejos para practicar turismo micológico
Los amantes de la micología y la recolección de setas no pueden subir al monte sin tener a mano una cesta de mimbre de calidad. Se trata de una herramienta fundamental para la recogida de setas y esclerocios. Gracias al material de esta cesta, las esporas del interior se filtran y llegan al suelo, permitiendo la reproducción y nacimiento de nuevos ejemplares.
Otro factor clave es que beneficia en la aireación de las setas. Nunca se deben guardar en bolsas de plástico o tela, pues se pudren fácilmente y no dejamos que las esporas avancen a la tierra y propaguen el micelio.
También es importante contar con todos los permisos necesarios. En muchos lugares no se puede recolectar estos alimentos libremente. El ascenso del turismo micológico ha hecho que se tenga que llevar un control para proteger la flora y la fauna de los lugares con mayor población de setas.
