Existe la concepción errónea de que la historia de las setas mágicas y otros tipos de hongos alucinógenos pertenece exclusivamente a los últimos siglos, pero nada más lejos de la realidad. Denominada durante diferentes épocas como “el alimento de los dioses”, lo cierto es que su uso es tan antiguo como las pinturas rupestres, el imperio romano o los rituales religiosos de las tribus incas y mayas. Ya sea denominado como Gotzi, Moguis, Magic Mushrooms, Teonanácatl o San Isidros, las setas son parte de la humanidad desde que el mundo es mundo.
Las setas mágicas son determinados hongos que contienen dos sustancias denominadas psilocibina y psilocina, las cuales son las encargadas de causar alucinaciones y viajes extrasensoriales. A lo largo de la historia de las setas, que a continuación pasaremos a desgranar por épocas, imperios y continentes, se han utilizado con fines curativos, religiosos e incluso han sido destinadas para mejorar el rendimiento de los legionarios romanos en conflictos bélicos, ya que se consideraba que dotaban de poderes sobrehumanos.
Las setas mágicas en la prehistoria
Las setas y los hongos fueron las primeras sustancias alucinógenas utilizadas por la humanidad durante la prehistoria. Las primeras referencias de setas fósiles datan de 5.000 años a.C, como por ejemplo las pinturas antediluvianas de las cuevas de Tassli (Argelia), donde aparecen figuras de hongos salidas de cuerpos humanos.
También, en España, diferentes estudios recientes apuntan a uso hace más de 6.000 años gracias a las pinturas rupestres descubiertas en el yacimiento Selva Pascuala de las cuevas de Villar del Humo (Cuenca), en las que figuran 13 elementos con apariencia de setas.
Respecto a las pinturas halladas en el desierto del Sáhara entre los años 7.000 y 5.000 a. C., cabe destacar que la momia de Ötzi, hombre de hielo del Tirol, portaba las setas Piptoporus Betulinus y la Fomes Fomentarius entre sus pertenencias.
También es importante resaltar el descubrimiento de un cuenco con setas en la localidad italiana de Nola, mientras que, al otro lado del Océano Atlántico, las setas más antiguas se hallaron en el yacimiento chileno de Verde.
Pero sí existe un país donde sí que existen evidencias de uso prehistórico es en México, ya que, en el estudio de las culturas maya e inca, se descubrieron diferentes utensilios con los que sus habitantes preparaban hace 2.000 años, la ingesta de este tipo de setas. En estas culturas se le denominó como Teonanácatl, entendida como el hongo sagrado capaz de conectar con los dioses y dar fuerzas sobrehumanas.
Cómo se utilizaban las setas mágicas en Roma, Egipto y Grecia
La historia de las setas mágicas en Egipto asocia su uso a una fuerte conexión divina, donde se llegó a restringir su consumo a los mismos faraones, ya que aseguraban que podía proporcionar la inmortalidad.
Su empleo también quedó demostrado en la tumba del faraón Amenemhet, en la que aparece junto a él una figura idéntica a una seta; y en las vasijas utilizadas con las que se daba este tipo de sustancia a los faraones para que realizaran el último viaje hacia la nueva vida.
El filósofo y poeta Eurípides fue la primera persona en describir la sensación que provoca la ingesta de setas alucinógenas en la Antigua Grecia. Asimismo, el filósofo Teofrasto las denominó “plantas imperfectas”, mientras que el escritor Nicander de Colofón fue el encargado de realizar la primera referencia aludiendo a que las setas se originan del suelo.
Durante la expansión del Imperio Romano, el consumo de setas comenzó a volverse habitual hasta el punto que los esclavos eran los encargados de su recolecta. Algunos emperadores como Cicerón o Claudio fueron asiduos consumidores de hongos, incluso este último murió a causa de un envenenamiento provocado por la mezcla de diferentes setas, entre las que se encontraba la Amanita Phalloides.
Del mismo modo, incluyeron las setas en la alimentación de sus legionarios, con el propósito de que les otorgaran cierto poder divino en las batallas. Con Julio César en el poder, se prohibió su uso entre las tropas, convirtiéndose finalmente en productos lujosos exclusivos de las clases más altas.
La historia de las setas mágicas en la Edad Media y Renacimiento
La influencia religiosa durante la Edad Media condenó el estudio y el empleo de setas alucinógenas al ostracismo más absoluto, terminando por denominarlas como “criaturas del diablo”. Olvidados los conocimientos de las épocas griegas y romanas, su consumo se redujo drásticamente por la aparición del ergotismo, enfermedad aparecida del hongo parásito de los cereales, cuyos síntomas se pueden relacionar a la gangrena de articulaciones e incluso la muerte.
Durante este periodo, el uso de estos alimentos tenía que ver con actos de brujería, relacionando sus colores a determinados efectos. En este sentido, se popularizaron los conocidos anillos de brujas o hadas, donde se reunían formando corros ante la luz de la luna.
Durante el Renacimiento, se fomenta el estudio de los hongos a través de diferentes obras publicadas como la ‘Fungus in Pannonis abservatorum brevis Historia’ o la ‘Theatrum fungurum’. Los profesionales médicos de la época comenzaron a recomendar diferentes productos para paliar los efectos de las intoxicaciones fúngicas.
En Francia, con Luis XIV en el poder, se rescató el uso de hongos en sus recetas culinarias, volviendo acercarse a las clases más altas de la sociedad. Del mismo modo se fomentaron los principales estudios sobre hongos sobre los que se cimentaron los posteriores conocimientos que hoy en día forman una extensa y amplia historia sobre las setas mágicas.
En China, donde se consumían desde tiempos inmemorables, cabe destacar el tratado agronómico de Wu Sang Kwuang, quien fue el encargado de estudiar y materializar los primeros cultivos de hongos. Con el paso de tiempo, su producción se extendió a territorios limítrofes como Japón y Corea.
Mientras tanto, en Siberia, estos productos eran consumidos por los pastores con el objetivo de protegerse y resguardarse del frío extremo del territorio, incluso siendo relacionados con la posterior práctica de beber orina.
La creación del microscopio y la nueva clasificación de hongos
Durante los posteriores siglos, se profesionalizaron los estudios sistemáticos de hongos mediante la fabricación de los primeros microscopios. En los siglos XVIII y XIX, la micología se consolidó como disciplina científica, adaptando las primeras clasificaciones entre las que se definen por primera vez las esporas y los hongos en Ascomycetos y Basidiomycetos.
En 1801, el micólogo sudafricano Christiaan Hendrik Persoon presenta el tratado Synopsis Methodica Fungorum, mientras que el naturalista Elias Fries establece la clasificación del color de las esporas y la diferenciación según el tipo de himenóforo en láminas, pliegues, poros y aguijones.
La consolidación de la ciencia y la psicodelia del movimiento hippie
Durante los últimos dos siglos, los extraordinarios avances científicos crearon un amplio abanico de oportunidades y conocimientos sobre el consumo de setas mágicas, comandado y defendido por el histórico movimiento hippie, cuya popularidad se convirtió en una de las señas de identidad psicodélicas en Estados Unidos.
Si existe una persona que ha influenciado notablemente en el estudio y el consumo cuotidiano de las setas mágicas fue el psiconauta Terence McKenna, quien destacó la importancia de estos hongos y su relación con la psicología humana y diferentes efectos místicos y metafísicos producidos.
Uno de los hitos más importantes del siglo XX fue la separación de los hongos del reino vegetal a cargo del botánico y ecólogo estadounidense R.H. Wittaker. A través de los diferentes estudios científicos se categorizaron más de 150 especies de setas como creadores de efectos psicológicos.
Las setas mágicas, presentes a lo largo de toda la historia
Con todo lo relatado en este post, es necesario poner en valor la voluntad de proseguir y profundizar en los estudios micológicos, así como en el descubrimiento de los diferentes efectos que puede crear el consumo de setas mágicas.
Como ocurre con otros campos y reinos, su conocimiento todavía debe ampliarse, pero no cabe duda que el empleo de este tipo de hongos alucinógenos forman parte de la humanidad prácticamente desde su creación.
Ya sea en la China del siglo XII, como en la Antigua Grecia o en el Imperio Maya, la historia de las setas refleja que son un producto atractivo, ampliamente debatido entre diferentes divinidades, y con la capacidad de crear grandes mitos e historias.