Generalmente, cuando aparece una capa de pelusa blanca en los alimentos, automáticamente se asocia con el moho blanco que indica que está pasado y, por lo tanto, se debe desechar inmediatamente. No obstante, en el caso de las setas y hongos, existen casos en los que no es una señal de alarma que aparezca esta pelusa blanca una vez recolectados.
¿Qué es la pelusa blanca que aparece en las setas?
Existen dos escenarios en los que puede aparecer una capa blanca de pelusa en las setas u hongos y, dependiendo del momento, será necesario descartarlas o podrán consumirse sin preocupación.
Setas con pelusa blanca durante el cultivo
Una de las circunstancias donde puede observarse la pelusa blanca relacionada con las setas es durante el cultivo de las mismas. Concretamente en el sustrato del cultivo, donde tardará dos o tres días en extenderse desde su aparición. En este caso, significa que el cultivo se ha contaminado por falta de higiene, y habrá que deshacerse de él, sin abrirlo ni acercarlo a otros panes de setas para evitar el contagio.
Cómo evitar la contaminación en un pan de setas
La contaminación de un cultivo de setas puede darse por varias vías, aunque los patógenos que la causan siempre son virus, bacterias, insectos u otros hongos; entre los que se incluye el moho blanco que produce una pelusa blanca. Además, pueden aparecer mohos de otros colores, entre los que destacan el verde, rosa, gris oscuro y negro. Para que las seta no contraigan ninguna de esas enfermedades deben tomarse ciertas precauciones:
- Asegurarse de que el sustrato utilizado está perfectamente esterilizado.
- Desinfectar correctamente las herramientas empleadas para cuidar el cultivo.
- Cambiarse de ropa para atender el cultivo, evitando así transportar posibles patógenos del exterior.
- Purificar el aire mediante un generador de ozono para evitar la contaminación a través de elementos nocivos presentes en el ambiente.
Setas con pelusa blanca tras la recolecta
Los champiñones y las setas ostra son los hongos comestibles más conocidos en los cuales puede aparecer esa pelusa blanca que en muchas ocasiones se confunde con moho. Sin embargo, en ambos casos no tiene nada que ver con la infección de este patógeno. Se trata del micelio, una estructura formada por hifas finas, similar a las raíces, y que forma parte del crecimiento vegetativo de las setas; por lo que cuando aparece, el boletus está tratando de seguir desarrollándose.
Por consiguiente, cuando se observe una de estas dos setas con este tipo de pelusa blanca, bastará con retirarla con un paño húmedo y limpio. No obstante, es menester tener en cuenta que esta situación suele darse cuando los boletus llevan unos días cosechados y han estado en condiciones óptimas para crecer (humedad y calor), por lo que es aconsejable consumirlos rápido.
En general, una vez adquiridas o recogidas las setas, se deben consumir en los tres o cuatro días posteriores. Si no va a ser así, lo ideal es guardarlas correctamente para ampliar su durabilidad.
Cómo almacenar las setas comestibles para evitar la aparición de pelusa blanca
Las personas que compran champiñones o setas ostra, habitualmente las consumen el mismo día o los pocos días de su adquisición, en cualquier receta planeada con antelación. No obstante, no ocurre lo mismo en temporada de cosecha, cuando los recolectores vuelven a casa con grandes cestas abarrotadas de hongos.
Para evitar la aparición de pelusa blanca en las setas, y para aprovechar todas sus propiedades, lo mejor es consumirlas durante esa misma semana, guardándolas correctamente en la nevera. La primera opción es conservarlas en una bolsa de plástico que les permita ventilar, o en un tupper recubierto por papel de cocina y separadas por capas. El papel absorbe la humedad y evita que aparezca la pelusa blanca en las setas.
En el caso de querer consumirlas en un periodo de tiempo superior, la mejor opción es congelarlas, ya sea enteras, troceadas o cocinadas. La misma técnica puede emplearse para conservar los champiñones y setas concha adquiridas en supermercados si no van a consumirse el mismo día. Aunque con este método conservan todas sus propiedades, la textura y el sabor pueden verse afectados.
Cómo saber cuándo las setas están pasadas
Los champiñones y el resto de setas comestibles son susceptibles a estropearse en muy poco tiempo si no se almacena correctamente. En algunos casos, es complicado reconocer una seta en mal estado, pues la pelusa blanca que puede llegar a confundirse con el moho no es un indicativo de podredumbre. De hecho, algunos de los signos de mal estado de una seta son diferentes a los de la mayoría de alimentos:
- Manchas con zonas oscuras: un champiñón al que le ha desaparecido su característico brillo y con áreas oscuras, está en mal estado y debe desecharse. Al contrario, si le han aparecido manchas negras tras su compra, indica que en breve dejarán de poder consumirse, por lo que ha de cocinarse lo antes posible retirando dichas manchas.
- Olor: cuando un hongo está podrido su aroma lo delata. En cuanto deje de oler fresco y a tierra, debe tirarse.
- Color: es posible saber si un boletus ha comenzado el proceso de descomposición cuando el interior de su sombrero está oscurecido.
- Textura: si la superficie se vuelve marronácea y aparece una mucosa viscosa, desahuciar la seta.
- Arrugas: un cuerpo y un sombrero arrugado y con irregularidades está en mal estado.
A pesar de que una seta siga siendo comestible cuando aparece una pelusa blanca, si se da cualquiera de los casos anteriores es un error consumirla. De hacerlo, aparecerán síntomas de intoxicación como fiebre, trastornos de ritmo cardíaco, sudoración, escalofríos, diarrea, vómitos, dolores estomacales, etc.