Aunque parezca una criatura maligna propia de una película de terror, este ‘monstruo’ de tentáculos rojos que expulsa un líquido maloliente es una seta. De hecho, se trata de uno de los hongos más novedosos del panorama micológico español.
La ‘dedos del diablo’ es una especie que ha generado mucho revuelo en nuestro país en los últimos años. Su imparable expansión fue una sorpresa para los micólogos de la zona norte del país, que observaron una cantidad ingente de estos hongos en Asturias, Cantabria y País Vasco a partir del año 2019.
Origen de la Seta Dedos del Diablo
Esta seta, originaria de Australia, es una especie colonizadora, lo que ha generado mucha preocupación en los especialistas. Esto se debe a que es posible que afecte al ecosistema de los bosques españoles, ya que la llegada de una nueva especie siempre trastoca las relaciones entre los individuos de un mismo lugar.
Aunque en España sea una seta relativamente reciente, el Clathrus Archeri (también denominado ‘Estrella Roja’ o ‘Seta Calamar’) llegó a Europa en el siglo XX, supuestamente camuflado en las botas de los militares australianos durante la Primera Guerra Mundial.
Existen varias teorías sobre su llegada al continente. Junto al de los soldados, la otra tesis más reconocida cuenta que llegó entre las lanas importadas del país oceánico. Sea como fuere, lo único que se ha confirmado categóricamente es que su primer avistamiento data del año 1914 en la localidad francesa de Saint-Dié-des-Vosges.
Aspecto y reproducción de la Seta Dedos del Diablo
El aspecto del Clathrus Archeri no siempre es tan amenazante. De hecho, se pasa la mayoría de su vida encerrado en un huevo que, en caso de ser tocado, se derretirá entre los dedos dejando un aroma muy desagradable. Cuando este hongo tiene que reproducirse, sus característicos tentáculos salen del cascarón (entre 4 y 8, normalmente) y generan una baba viscosa, con olor a carne podrida, que contiene millones de esporas.
Al contrario de lo que puede parecer, la Dedos del Diablo no segrega esta sustancia para espantar a otros organismos, sino para atraer a las moscas. En cuanto estos dípteros se posan en sus tentáculos, las esporas del hongo quedan pegadas a sus patas, usando a las moscas como medio de transporte para expandirse.
La primera hipótesis sugirió que la Seta Calamar se alimenta de troncos y madera, por lo que, si las moscas se posan en alguno de estos materiales, el hongo tendrá sustento para desarrollar a su siguiente generación. Sin embargo, en posteriores estudios de laboratorio se pudo comprobar que ese saprófito también fructifica en otros ambientes, como el mantillo, la hojarasca o la materia orgánica en descomposición.
¿Comestible o venenosa?
Existen muchas teorías sobre si la Seta Calamar es comestible. Sin embargo, lo que es seguro es que no es tóxica. Algunos investigadores aseguran que se puede comer en su forma de huevo, siempre y cuando se hayan retirado correctamente las esporas y la baba viscosa que segrega.
Por otro lado, parece bastante normal que no existan investigaciones basadas en las propiedades gastronómicas de esta seta. Si su olor es tan desagradable, ¿quién iba a tener ganas de probarla? Ciertos estudios confirman que el único uso culinario que se le ha dado a esta seta a lo largo de la historia ha sido en periodo de escasez, cuando no había otra cosa que llevarse a la boca. Esto demuestra que, a pesar de no ser tóxico, está lejos de entrar en el top de las mejores setas comestibles de España.