el pasado religioso de las setas

La historia de las setas alucinógenas y su pasado religioso

La popularidad de las setas alucinógenas está aumentando de forma exponencial en los últimos años, ya que los viajes provocados por la psilocibina están ayudando a muchas personas a conocerse en profundidad, enfrentarse a problemas del pasado o evolucionar mentalmente, más allá de pasar un buen rato con los amigos. Por ello, no es de extrañar que la historia de las setas, que crecen en la madre Tierra, comenzase hace miles y miles de años por parte de nuestros antepasados.

De hecho, debido a la falta de investigación y tecnología, los consumidores de estas sustancias pensaban en sus inicios que era una forma de comunicarse con los dioses, descubriendo poco a poco cuáles eran las mejores formas de disfrutar del placer de este alimento. Egipto, Roma, Grecia… la historia micológica se fraguó en infinidad de civilizaciones que utilizaron los hongos psicodélicos de forma recreativa, medicinal o, incluso, como cebo para cometer asesinatos.

Antiguo Egipto

El Antiguo Egipto marca un antes y un después en la historia de las setas alucinógenas. El pueblo egipcio utilizaba los hongos para realizar rituales religiosos, denominándolos ‘alimento de los dioses’ y creyendo que otorgaban la inmortalidad al usuario que la consumía.

De hecho, conforme fueron pasando los años y conociéndose más los efectos de los hongos, los faraones prohibieron al pueblo llano la consumición de los mismos, manteniendo el privilegio de realizar los ‘viajes’ tan solo a las clases altas.

Una de las pruebas de que los faraones consumían hongos alucinógenos con fines recreativos se encuentra en la tumba del faraón Amenemhet, construida en el 1450 antes de Cristo y que muestra una seta dibujada en ella. También existen vasijas que indican que utilizaban este alimento para hacer más agradable el viaje de los fallecidos a la otra vida.

Antigua Grecia

Se han recogido multitud de textos, poemas y escritos que atestiguan el uso de las setas alucinógenas para hacer ritos de iniciación en la Antigua Grecia. La procesión consistía en un viaje hacia el templo, finalizando con la consumición de una poción de hongos mágicos que aseguraba que los iniciados verían a los dioses. La especie utilizada en estos rituales era la claviceps purpurea.

Las setas eran consideradas alimentos sagrados y se han recogido textos de poetas griegos en los que se realizan las primeras clasificaciones: el médico-botánico Dioscorides realizó ciertas distinciones, como la división entre setas buenas y malas o la clasificación según su lugar de crecimiento (montañas, cuevas…). Curiosamente, se consideraba que las setas que crecían en la sombra de algunos árboles eran perjudiciales simplemente porque en su religión el cobijo de algunos arbustos era maligno.

setas alucinógenas en las religiones

Antigua Roma

La historia de las setas alucinógenas continúa en la Antigua Roma, lugar donde más referencias sobre setas alucinógenas se encuentran entre las civilizaciones antiguas más conocidas. Los emperadores le daban ciertos alimentos basados en hongos a sus tropas, ya que consideraba que les suministraba más poder en combate. Sin embargo, Julio César lo prohibió al notar que los soldados aumentaban también su deseo sexual, por lo que se producían escapadas de ciertos guerreros.

Por ello, se determinó que su consumo estaba permitido únicamente para las clases altas, regulando esta decisión en la ley. Tal era la afición de los romanos por este alimento que Horacio se refería a ellas como una “delicia inigualable para los hombres con gusto”, mientras que Plinio el Viejo las consideraba un “manjar de dioses”.

Sin embargo, también hay varios escritos que atestiguan el uso de setas venenosas para asesinar a ciertas autoridades. El emperador Claudio, consumidor habitual de hongos alucinógenos, murió debido a que su mujer infiltró varios ejemplares de la amanita faloides para asesinarle y que su hijo llegase al poder.

México

México es uno de los lugares considerados cuna de las setas psicodélicas. En este país se hacían ritos religiosos millones de años atrás, considerando que los efectos de los hongos los acercaban a los dioses aztecas (los viajen eran denominados ‘sueños floridos’). Existen pinturas en las que se muestran setas alucinógenas desde el año 4000 a.C. y dibujaban a los dioses aztecas con estos alimentos en las manos y en la cabeza.

Tal es la importancia de México en la cultura micológica que, de las más de 200 setas alucinógenas que existen en el mundo, alrededor de 50 (un 25%) se encuentran en este país. Dentro del mismo destaca una ciudad, Oaxaca, que alberga 31 (más del 50% de las totales en México).

Fue la conquista de América por parte del Imperio Español lo que acabó con las costumbres aztecas basadas en los hongos alucinógenos. Para los conquistadores, este alimento era pecado y acercaba a Satán a los que lo consumían. Los americanos adoptaron las costumbres cristianas y se terminaron las referencias a estos hongos hasta muchísimos años después, cuando Robert Gordon Wasson viajó a Oaxaca por la insistencia de su mujer en la investigación de estos alimentos.

El boom de María Sabina

Valentina Pavlovna era rusa (donde siempre hubo mucho interés por la micología), por lo que le pidió a Wasson, que se dedicaba a la investigación y la escritura, que estudiase si los ritos con hongos alucinógenos de México eran ciertos. Tras una feroz insistencia, el escritor aceptó, formando una delegación con un fotógrafo, el director nacional de ciencias estadounidense y Albert Hoffman, conocido posteriormente por ser el sintetizador del LSD.

Los años que pasaron en Oaxaca fueron tremendamente importantes para la investigación de las setas alucinógenas, ya que descubrieron una aldea donde una chamana, la famosa María Sabina, realizaba ritos y ceremonias de curación basadas en el consumo de hongos mágicos. Wasson probó varias veces este alimento y fue detallando en un informe (publicado posteriormente en la revista científica ‘Life’) todo lo que sentía durante sus viajes.

Esta publicación fue todo un boom en Estados Unidos, por lo que los viajes a la pequeña aldea de Sabina comenzaron a multiplicarse ya que todos querían conocer los efectos de estos hongos tan característicos. Además, se encontraron decenas de especies de setas nuevas que volvieron a poner a estos alimentos en los primeros puestos de investigación medicinal, lo que cambió la historia de las setas alucinógenas.

Por ello, en la actualidad muchos investigadores exigen que se vuelvan a realizar estudios sobre los ritos que los aztecas, matlazincas o mayas llevaban a cabo con la ayuda de las setas psicodélicas: “Se sabe que la mayoría de tribus mexicanas consumían setas para sus actividades religiosas, y debemos seguir estudiando esto antes de que no quede rastro con el paso de los años”, comentaba Gastón Guzmán, investigador de la psilocibina, hace unos años.

oaxaca
Oaxaca (México) es parte fundamental de la historia de las setas alucinógenas.

Sobre Sandra Rufo Clara

Sandra Rufo Clara empezó a recoger setas comestibles a los 3 años y desde que nació le han enseñado los cuidados más importantes de las mismas. A los 17 empezó a buscar información y a experimentar por su cuenta con otro tipo de setas. Con más de 20 años de experiencia es considerada toda una experta, pues conoce la gran mayoría de setas y trufas alucinógenas que crecen alrededor del mundo. Ahora, trabaja de lleno en el sector, y una de sus pasiones es compartir su conocimiento sobre él.

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