Existen varias técnicas para cultivar setas mágicas en casa. La elección depende tanto de la habilidad del psiconauta como de los resultados que quiera conseguir. La técnica casing es un método para obtener estas preciadas setas en abundancia, ya que consiste en preparar varios panes que se recogerán en un mismo recipiente formando un cultivo enorme.
Gracias al casing cualquier cultivador podrá obtener gran cantidad de setas siguiendo unos pasos relativamente fáciles. Sin embargo, hay una regla que se ha de tener presente en cada paso del proceso: higiene y esterilización. La razón más común para que un cultivo de setas se arruine es la contaminación. La técnica de cultivo casing se puede combinar con el método PF-Tek, una forma no muy complicada y barata de crear el sustrato e inocular.
Cómo cultivar utilizando la técnica casing
Antes de comenzar a cultivar y emplear la técnica casing, es necesario contar con todos los utensilios y materiales necesarios para llevarlo a cabo, como si de una receta de cocina se tratara.
Materiales
- Vermiculita
- Harina de arroz integral
- Agua
- Cuchara sopera
- Recipiente grande
- Alcohol etílico o toallitas desinfectantes
- Recipientes de cristal con tapadera de aluminio o papel albal en su defecto
- Olla grande con tapadera u olla exprés
- Rejilla metálica para colocar los recipientes en la olla
- Mechero o soplete
- Jeringuilla inoculadora de esporas
Crear el sustrato para la técnica casing
Lo primero que se necesita para llevar a cabo la técnica casing es un buen sustrato. El PF-Tek es perfectamente válido para este primer paso. Es preciso el recipiente grande para mezclar los ingredientes del sustrato, según la cantidad de panes que el cultivador quiera obtener pondrá más o menos cantidad de ingredientes. Lo importante es que la proporción siempre sea 2:1:1, es decir, mezclando dos porciones de vermiculita con una de harina y una de agua.
- Limpiar minuciosamente el recipiente de la mezcla y desinfectar con un algodón y alcohol o toallitas los frascos para el sustrato.
- Verter la vermiculita y añadir el agua lentamente sin dejar de remover. Si se ha acumulado agua en el fondo, se ha empleado demasiada agua. Para solucionarlo hay que drenar la mezcla dejándola en un escurridor.
- Añadir la harina de arroz cuando la vermiculita siga estando húmeda y mezclar bien para que quede una masa uniforme.
- Repartir en los tarros con ayuda de una cuchara y mucho cuidado. Llenar los tarros hasta la línea del cuello.
- Aplicar una capa de vermiculita a los tarros para evitar la contaminación del sustrato.
- Limpiar cualquier resto que haya quedado fuera del tarro con alcohol.
Los tarros se sellarán con sus propias tapaderas en el caso de que sean de metal, o se cubrirán con un trozo de papel de aluminio doblado en dos.
Esterilización del sustrato
En este paso se llenará la olla con agua sin que llegue a mojar el interior de los tarros y se meterán utilizando una malla metálica evitando el contacto con sus paredes. En el caso de utilizar una olla a presión bastará con esterilizar los sustratos durante 45 minutos; en una olla convencional, una hora y media. En ambos casos se dejará enfriar al menos 5 horas antes de sacarlo de la olla.
Inoculación de los panes
Durante la inoculación es de suma importancia la esterilización de todos los utensilios utilizados, así como la zona de trabajo. Se utilizarán guantes desinfectados y mascarilla durante todo el proceso.
Para poder inocular el sustrato de los tarros es necesario realizar cuatro agujeros equidistantes por los que pueda pasar la aguja cargada con el contenido de los viales de esporas. Antes de introducirla se calentará la aguja hasta ponerla al rojo vivo. Una vez fría introducirla por un agujero y presionar poco a poco el émbolo mientras se extrae del sustrato. Repetir el proceso en todos los agujeros de los frascos.
Incubación
Para llevar a cabo la técnica casing con éxito se han de colocar los botes inoculados en un lugar oscuro y cálido, si es posible mantenerlos a una temperatura constante entre los 21ºC y 27ºC. Los primordios pueden tardar entre 5 y 30 días en crecer, por lo que hay que ser pacientes.
Los tarros se irán colmando de una pelusilla blanca, son el cuerpo de los hongos. En el momento en el que se divise algún color diferente del blanco en el interior (gris, azul, violeta…) es fundamental deshacerse del sustrato porque estará contaminado. Nunca se deben abrir, simplemente se tiran a un contenedor en el interior de una bolsa cerrada.
Una vez el hongo haya colonizado todo el tarro, estará listo para cultivar mediante la técnica casing.
Fructificación mediante la técnica casing
Para empezar se ha de limpiar el recipiente (grande y transparente) donde se vayan a cultivar las setas. El suelo se cubrirá un par de centímetros con la misma mezcla del sustrato pero sin inocular.
Utilizando guantes se sacan los panes de los tarros. Con el fin de esparcir bien el contenido y conseguir un resultado mejor de la técnica casing, se pueden desmenuzar muy cuidadosamente los panes y esparcirlos por la superficie. Después, sólo quedará cubrirlo todo con otra capa de sustrato apretando suavemente, sin aplastarlo.
Tras colocarlo en un lugar oscuro y a temperatura ambiente (unos 21ºC) la pelusilla blanca volverá a cubrir el recipiente y empezarán a aparecer las setas. Una vez más, si se observan colores distintos al blanco, se ha de tirar todo el contenido incluido el recipiente. Sino, el cultivo mediante la técnica casing habrá tenido éxito y el recipiente se llenará de deliciosas setas.
