Si eres un amante de los efectos psicoactivos de las setas, seguro que en más de una ocasión te habrás preguntado dónde crecen los hongos alucinógenos. Así pues, en las siguientes líneas daremos respuesta a ello y a cómo diferenciarlos de otros comestibles. Además, si quieres comprar setas alucinógenas para realizar estudios micológicos aquí podrás hacerlo.
En primer lugar, necesitamos dos aptitudes imprescindibles para dar caza a esas setas que tanto nos gustan: paciencia y espíritu madrugador. La primera porque requerirá de largas y monótonas caminatas y la segunda porque si no madrugamos, corremos el riesgo de que otros se las lleven y nos dejen sin nuestra codiciada presea.
Así pues, el hábitat en el que podremos encontrar hongos de forma fácil y eficaz dependerá del clima y del tipo de suelo. No obstante, es bastante común que aparezcan en climas húmedos con predominancia de zonas de pastos, los cuales dispongan de días calurosos, noches frías y mañanas de rocío en verano.
También pueden crecer en bosques tropicales, campos y prados durante las frescas y húmedas mañanas del otoño, así como entre los desechos leñosos de bosques húmedos densamente poblados y siempre a partir de los 1 300 metros de altura, donde el musgo es abundante.
Cómo identificar hongos alucinógenos
Sin embargo, esta es una aproximación muy general, pues a nosotros solo nos interesa saber dónde crecen y cómo identificar los hongos alucinógenos.
Por un lado, los hongos alucinógenos, también conocidos como Psilocybe cubensis, se concentran en zonas con alta densidad de excrementos de herbívoros como pastos o praderas, pero en particular a partir del estiércol generado por rumiantes. Así que ya sabes, si quieres tener más posibilidades de encontrar hongos alucinógenos, busca por tu zona establos o centros de cuidado de caballos. Otro tipo de hongo alucinógeno, como es el Psilocybe semilanceata, suele encontrarse en zonas de pastos en descomposición parecidas a humus.
Advertencia: El hecho de que estos hongos se concentren en zonas con residuos animales, no quiere decir que todos sean alucinógenos, algunos podrían ser venenosos. Nunca los pruebes o huelas sin conocerlos bien y en caso de tocarlos siempre con guantes, pues su toxicidad podría ser letal.
¿Cómo diferenciar hongos alucinógenos, comestibles y venenosos?
Bien, una vez sabemos en qué tipo de lugares crecen los hongos alucinógenos, para poder encontrarlos de una forma más sencilla, nos planteamos la siguiente cuestión: ¿Cómo poder diferenciarlos de los demás? Sobre todo, de los venenosos.
Si bien no existe una regla matemática perfecta, sí que distinguen patrones característicos que nos ayudarán a saberlo con mayor exactitud. No obstante, te recomendamos que durante tus primeras excursiones te acompañe un experto que te ayude a identificarlos y en caso de duda, recuerda que no debes comerlos ni olerlos.
Hongos alucinógenos
Los hongos alucinógenos suelen estar cubiertos por una fina capa gelatinosa al tacto que se puede separar del sombrero de la seta, normalmente de color marrón o acaramelado, aunque a veces con manchas azules o negras. La psilocibina es el componente activo que causa los famosos efectos psicodélicos como alucinaciones y otras alteraciones sensoriales.
Hongos comestibles
Los hongos comestibles son más fáciles de identificar, pues son bastante resistentes al tacto, con escamas en la parte superior de sus sombreros, los cuales contienen esporas que cuando sopla el viento se esparcen a su alrededor, dando lugar a la creación de más hongos. Por ello, es común encontrarlos siempre en conjuntos de decenas en lugares concretos.
Siempre que vayas a coger setas comestibles, una vez cortadas no olvides golpearlas con el sombrero apuntando hacia abajo. Esto permite que las esporas favorezcan la creación de más hongos.
Hongos venenosos
En último lugar, respecto a los hongos venosos, podemos afirmar que muchos de ellos se camuflan mediante su color blanco, con lo que podrían parecer champiñones normales. Sin embargo, hay dos trucos bien fáciles para identificarlos con facilidad y rapidez. Por un lado, una vez cortado (siempre con guantes) debemos esperar unos minutos y si mantiene el mismo color blanco significa que es comestible. En caso de tornarse algo azulado, es conveniente deshacernos de él inmediatamente pues, sin duda, es venenoso. Por otro lado, en caso de no ser blanco, al cortarlo fíjate de qué color son las esporas que desprende, ya que en caso de ser blancas, como hemos mencionado, podría ser comestible. Ahora bien, si fueran verdes debemos rechazarlo inmediatamente, pues también se trataría de un hongo venenoso.
Ahora es tu turno, ¡cuéntanos! ¿Con cuánta frecuencia sales al monte en busca de setas?, ¿Cuántas veces has tenido experiencias psicotrópicas? ¿Cómo fueron tus viajes? Queremos saber más sobre tus experiencias fúngicas.
